El proclamado presidente interino venezolano, Juan Guaidó, convocó a organizar una huelga general para presionar al régimen de Nicolás Maduro, luego de reconocer que el martes no contó con el apoyo militar suficiente como para que la rebelión que encabezó se impusiera. El chavista aseguró que la justicia está “buscando” a los responsables del alzamiento, pero convocó a una jornada para elaborar un plan de “rectificación” de la revolución.

Miles de venezolanos salieron ayer nuevamente a las calles, en el Día Internacional del Trabajo, para manifestarse tanto a favor como en contra de Maduro. Los cuerpos de seguridad venezolanos se enfrentaron a los opositores al régimen.

Un grupo que se desplazaba para tomar un distribuidor de la autopista que enlaza el este y oeste de Caracas fue frenado por agentes de la policía nacional motorizados y por funcionarios de la Guardia Nacional que dispararon gases lacrimógenos y perdigones para dispersarlos.

Las violentas protestas dejaron una mujer muerta, 27 heridos, de los cuales 13 sufrieron lesiones por perdigones, uno resultó lesionado por arma de fuego y siete presentaron traumatismos, según el alcalde de Chacao, Gustavo Duque. En todo el país hubo 78 heridos.

Ante sus seguidores, en una avenida del este de la capital, Guaidó afirmó que vienen “días duros” de persecución y represión de los opositores. “Venezuela va a cambiar”, dijo, mientras la multitud gritaba: “¡Sí se puede!”.

El presidente de la Asamblea Nacional reconoció que el martes “no teníamos suficientes [militares que se hubieran pasado de su lado]. Tenemos que insistir en que todas las fuerzas armadas [se unan]. No estamos pidiendo confrontación... Sólo queremos que estén del lado del pueblo”. Anunció que a partir de este jueves “vamos a acompañar la propuesta que nos hicieron de paros escalonados, hasta lograr la huelga general... Si el régimen creía que habíamos llegado al máximo de presión, se equivocó”.

Maduro convocó también a los venezolanos a marchar. Vía Twitter se proclamó defensor de la clase obrera. Luego, al encabezar un mitin en las cercanías del palacio presidencial de Miraflores, advirtió que “más temprano que tarde” los responsables del alzamiento “irán a pagar a la cárcel su traición y su delito”.

“Están huyendo entre embajada y embajada”, dijo Maduro en referencia al dirigente opositor Leopoldo López, quien tras entrar a la embajada de Chile se trasladó a la de España con su familia. “La lealtad se impuso a la traición”, dijo, e insistió en que Guaidó se llevó bajo engaño el martes a los oficiales, que desconocían la intención del opositor de rebelarse ante el gobierno. Acusó a John Bolton, asesor de seguridad de la Casa Blanca, de encabezar las acciones.

Por la noche, en un tono más conciliador convocó a “una gran jornada de diálogo, acción y propuesta”, para este sábado y domingo de la que espera salga un plan, elaborado por el gobierno, “de Cambio y Rectificación de la Revolución”.

Previamente y dado que no había sido visto en algún acto público, Bolton dijo que Maduro estaba oculto en un búnker militar en compañía de sus aliados y agentes cubanos.

En tanto, el gobierno de España confirmó que López, quien fue liberado el martes de su arresto domiciliar por militares que se unieron a Guaidó, está en su embajada en Caracas junto con su esposa y su hija. El gobierno español dijo que “no han solicitado asilo político”, pero que pueden hacerlo. Por la noche se informó que sujetos, a quienes testigos identificaron como miembros del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), allanaron y robaron en la casa de López.

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