Areli "N" ha vivido un "calvario burocrático" desde hace 5 años, pues tras ser despedida del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha enfrentado la violación a sus derechos laborales, así como discriminación de género por parte de funcionarios y funcionarias de la Junta de Conciliación y Arbitraje 34, la cual tiene desde entonces su caso.

En entrevista con EL UNIVERSAL San Luis Potosí, la afectada narró todo el proceso que ha vivido desde que sin razón alguna fue despedida, y que, en la búsqueda de la protección de sus derechos como trabajadora, se ha encontrado con puertas cerradas, omisión y "trabas" para no regresarle el trabajo que el juzgado de lo laboral ya resolvió a su favor.

Tras mantener la lucha durante más de 4 años, finalmente el mes de junio del presente año se le notificó que el juzgado resolvió a su favor, ganando la demanda para su reinstalación, en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en San Luis Potosí.

"Después del amparo, se confirmó en junio pasado que había ganado la demanda", y aunque en ese mismo tiempo como parte del trámite se le otorgó una cita para la audiencia donde firmaría para regresar a su lugar de trabajo, hoy, cuatro meses después sigue sin tener certeza sobre su futuro, pues sin explicación han sido cancelados sus citatorios.

Para el 15 de julio, Areli “N”, se presentó ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje 34, donde al fin terminaría esta batalla legal por sus derechos laborales, sin embargo, una vez más fue violentada porque la actuaría se reportó enferma y no acudió.

A la par, la afectada ha sido informada que su regreso no ha sido posible dado que el Instituto estaba promoviendo recursos para alargar su proceso; mismos que fueron desechados por irregularidades y falta de sustento legal.

Discriminación de género

Areli ha recurrido a todas las instancias legales, ha agotado sus recursos personales y económicos en el camino de que su trabajo y fuente ingreso sea devuelto, no obstante reconoce que es una lucha difícil no sólo por la burocracia, sino por la misma violencia de género por parte de las instituciones.

En este sentido, detalló que a la par de que fue despedida, dos compañeros también estaban en una situación similar, y aunque su resolución se dió antes, ellos hoy se encuentran trabajando sin ningún inconveniente.

"Es discriminación por género y violencia psicológica, ese mismo 15 de julio dos compañeros, varones, fueron reinstalados sin problemas".

Finalmente, hizo un llamado a la Secretaría del Trabajo y a las instancias especializadas en la Conciliación laboral a que se respete no sólo su derecho como trabajadora, sino la instrucción superior que fue emitida dado que no existían argumentos para separarla de su empleo.

"Lo único que pido es poder reintegrarme a mi trabajo, soy madre soltera y el único sostén de mi hijo".

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