Considerada como una de las joyas de la cultura Huasteca, la escultura Adolescente huasteco es una pieza única que muestra costumbres adoptadas por los habitantes prehispánicos de la región huasteca.
Esta figura masculina de pie, encontrada en la zona arqueológica de El Consuelo, municipio de Tamuín, San Luis Potosí, en 1917; se exhibe actualmente en el Museo Nacional de Antropología de Ciudad de México.
El descubrimiento de la escultura permitió entender mejor a los habitantes del período posclásico mesoamericano, que se asentaron en estos municipios potosinos aproximadamente entre los años 900 y 1521 d.c.
La historia del hallazgo de la obra tiene dos versiones, en la primera se mencionó que se realizaban obras de una casa para el militar Manuel Lárraga, las cuales fueron detenidas al encontrar esta escultura de la cultura huasteca; aquí el responsable de este descubrimiento sería por Walter Staub.
En otra versión, apuntas que Lárraga la habría descubierto y la regaló a su amigo Blas E. Rodríguez, un abogado residente en Tampico y quien la habría vendido por conducto de Joaquín Meade al Museo Nacional de México por diez mil pesos.
Es una escultura antropomorfa fabricada en piedra caliza, de 117 de alto por 40 centímetros de ancho.
Representa a un joven huasteca desnudo que en el cuerpo tiene esgrafiado motivos artísticos que pudieran representar tatuajes o pinturas corporales en el costado derecho de su cuerpo, así como la nuca, el cuello, las muñecas y los hombros.
Tiene el brazo derecho del cuerpo doblado y esta mano toca el pecho, la otra mano está recargada en el cuerpo. Tal postura coincide con otras esculturas huastecas y con la descripción de las crónicas del siglo XVI de esa misma civilización: forma de la cabeza debido a la deformación craneal artificial, decorados en las muñequeras, dientes afilados y desnudez.
En la espalda tiene colgado con una banda a un niño, el cual presenta también deformación craneal y orejeras.
La iconografía de los grabados en su cuerpo se relacionan con mazorcas de maíz, así como el dios Ehécatl Quetzalcóatl.
La cultura Tenek se desarrolló durante la época mesoamericana del Preclásico Tardía al Posclásico Tardío, y tuvo su apogeo entre los años 900 y 1000 de nuestra era.
En este pueblo, la mujer desarrolló un papel muy importante y destacan por el trato especial que recibían los individuos con alguna deformidad después de morir.
Este sitio fue considerado como la capital de la Huasteca Potosina durante su florecimiento entre el año 600 y 1100 d.C.
La antigua ciudad de Tamtoc es considerada como el centro monumental más importante del noroeste mexicano.
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) señala que la sociedad que la habitó estaba organizada con una compleja estructura social y religiosa, así como una economía diversificada.
A pesar de que su economía se basó en la agricultura, la caza y la pesca, los Tenek tuvieron un incremento considerable en el uso de bienes de prestigio, como esculturas y ornamentos de piedra y concha.
Su ubicación geográfica contribuyó a la subsistencia de los pobladores de la región, no sólo por la variedad de flora y fauna, sino por el acceso al agua potable y a la posibilidad de intercambiar mercancías e interactuar con otras regiones.
Otra pieza arqueológica valiosa y famosa de esta cultura es la “Mujer escarificada”, también conocida como la “Venus de Tamtoc”.